Entrevista en el Heraldo de Aragón
Puedes leer el artículo publicado en la web del Heraldo de Aragón donde hablo de los superalimentos y sus beneficios y perjuicios.
Para detallar más acerca de algunos temas importantes, os detallo la entrevista completa en la que se basó el artículo del periódico:
- ¿Existen los superalimentos?
Es cierto que dentro de toda la gama de alimentos que existen hoy en día encontramos algunos que destacan por su elevada concentración en algún nutriente importante; pero la palabra “superalimento” es un término creado por el márketing para ensalzar las características y bondades de algunos alimentos con fines comerciales.
- ¿Son saludables este tipo de alimentos?
Comparten la característica de ser opciones saludables, pero no lo son más que algunos de los alimentos que se vienen consumiendo de forma tradicional en nuestra cultura como los frutos secos o las legumbres.
- ¿Qué beneficios aportan? ¿Qué riesgos tienen?
Incorporar este tipo de alimentos puede suponer un incremento considerable en el consumo de algunos nutrientes importantes. No obstante, estos alimentos no son milagrosos. Si no llevamos una alimentación saludable y variada, de nada sirve incorporarlos en nuestra dieta.
Es importante tener en cuenta que ningún alimento por si solo cubre todas las necesidades nutricionales de un individuo. La palabra superalimento puede inducir a confusión y creencias erróneas. Por esta razón, este tipo de alimentos puede suponer en ocasiones un riesgo para la salud cuando se consumen de forma desmesurada, pensando que a mayores dosis obtendremos un mejor resultado o incluso compensar una mala alimentación.
La evidencia nos muestra como algunos de ellos incluso deben ser consumidos de forma esporádica; como en el caso de las algas, cuyo consumo habitual puede alterar la funcionalidad de la glándula tiroides por su alto contenido en yodo.
- ¿A qué cree que se debe la polémica que generan?
Los superalimentos son habitualmente opciones exóticas y llamativas que no se cultivan en nuestro país de forma originaria.
Tienen un precio muy elevado debido a la novedad y a los gastos que supone el transporte, siendo por lo tanto menos sostenibles que los alimentos de proximidad.
Una vez instaurado su consumo en nuestro país, la alta demanda de estos alimentos supone un encarecimiento de los precios en el país de origen. Como consecuencia de esto, un producto que se consumía en una región de forma tradicional puede convertirse en un producto de lujo. Un buen ejemplo de esto puede ser el encarecimiento que ha sufrido la quinoa en determinadas regiones de Sudamérica.
Por otro lado, el cultivo masivo de este tipo de alimentos implica un gran impacto medioambiental, destruyendo flora y fauna autóctona y degradando la calidad del suelo.
- ¿Los intereses comerciales de la industria alimentaria están detrás de su éxito entre ciertos sectores de la población?
Por supuesto. La industria alimentaria ensalza este tipo de productos con el objetivo de captar nuestra atención.
Tenemos desde productos prácticamente de lujo diseñados para deportistas (barritas, bebidas energéticas…), hasta alimentos que sin ser saludables llevan añadidos uno o varios de estos ingredientes como en el caso de las galletas.
Las redes sociales también han contribuido a la difusión de estos productos y de sus supuestos beneficios. En ocasiones, detrás de perfiles con muchos seguidores, puede haber intereses comerciales guiados por la industria alimentaria. Deberíamos ser más conscientes del impacto que pueden tener estas estrategias de marketing sobre nuestras decisiones a la hora de escoger alimentos.
- ¿Cuál es su nivel de consumo entre la población?
Su consumo en nuestro país es cada vez más elevado, debido a una mayor concienciación por la importancia de seguir una alimentación sana. No obstante, tal y como se ha mencionado anteriormente, no necesitamos consumir estos productos para que nuestra dieta sea saludable, pudiendo ser sustituidos por opciones de proximidad.
Por ejemplo, para hacer un buen consumo de omega 3, tenemos otras opciones además de las famosas semillas de chía. Podemos cubrir nuestras necesidades de omega 3 con un consumo de pescado azul de 2 a 3 veces por semana o con la ingesta diaria de nueces y semillas de lino.
Entrevista realizada por Amanda Gaspar Aznar para el Heraldo de Aragón.